Dios sabe de Matematicas


Las matemáticas no es lo mío. Sigo pensando que 2 x 2 es empate. Para nuestro hijo José Ignacio, el que Dios provea de la nada es una cuestión de matemática divina. En una conversa de sobremesa dijo que “era un milagro, porque Dios duplica y multiplica. ¡Dios sabe de matemáticas!” Para mayor abundamiento, citó el milagro de la multiplicación de 5 y 2, los peces y panes que alimentaron a una multitud. Y nuestra hija Belén añadió el milagro del agua que se transforma en un vino de exportación, aclarando, eso sí, que se trata de una conversión matemática. Todo esto es un milagro y, a la vez, un misterio. Porque sólo en la lógica de Dios pierdes para ganar. Pablo apostaba en ello su propia existencia cuando, preso y con la amenaza de la muerte encima, dice “para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”. ¿Cómo es esta matemática en que si restas queda saldo a tu favor? Alguien perdió panes y peces, pero al final todos ganaron…¡y sobraron doce canastas! La idea es que con Dios siempre sumas; tiene un sentido positivo, aunque al ojo humano la pérdida haya sido cuantiosa o valiosa. Claro que lo entiendes en la medida de tus convicciones de fe, porque es lo que le da un sentido a las situaciones de vida. Así, el “amor de tu vida” no era tal, porque Dios tenía algo mejor. O la carrera soñada u obligada que no resultó –peor, que perdiste después de un par de años-, ya que descubres tu vocación en otra cosa. Y ganaste. O un trabajo en el que tenías puesto tu futuro y todavía estás esperando que te llamen…al final ganaste, pues Dios tenía lo óptimo. O una profesión con un futuro promisorio y Dios te llama al ministerio –como en nuestro caso-; y no lo cambiarías por nada, porque sabes que ha sido ganancia. Todo esto suena tan absurdo en un mundo en que la matemática es sinónimo de “éxito”, pero que en la matemática del creyente es sinónimo de fidelidad. Pablo tenía razón: “Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo.” Definitivamente…Dios sí sabe de matemáticas.

Por Pr. Marcelo Valenzuela N.

No hay comentarios: